Winter Show 2

Francisca Aninat | Thomas Broomé | Alberto Cont | Mauro Giaconi | Christiane Pooley | Matthias Reinmuth | Julio Rondo

15 de enero > 19 de marzo 2022


Bendana | Pinel Art Contemporain se complace en presentar "Winter Show 2", una exposición colectiva de obras de artistas de Europa y América Latina dedicadas a la pintura y el dibujo que giran en torno a acontecimientos actuales o recuerdos. La exposición pretende crear una tensión entre los diferentes y eclécticos estilos de los artistas que trabajan sobre la corporalidad, los colores y la búsqueda de la luz para dar una dimensión más a su obra.


La obra de reúne diferentes materias primas de la vida cotidiana, recogidas, la artista destaca la corporalidad de la obra y reconsidera nuestra relación con el arte. Esta obra de doble cara, Hummingbird descents, está impregnada de muchos símbolos. En la fachada, dibujos en cera, textos escritos y códices bordados aluden a un mundo de prácticas ancestrales. La clave de la interpretación la proporciona el reverso de la obra, donde los bordados y las escrituras de las creencias mitológicas hacen referencia a lo desconocido y a las fuerzas externas, en un viaje mental a nuestro inconsciente.


La singularidad del enfoque de es la repetición como técnica recurrente, con él la palabra es la imagen y la imagen es la palabra, son a la vez contenido y forma. Broomé está convencido de que las habitaciones en las que vivimos son nuestros autorretratos, no de lo que realmente somos, sino de lo que queremos ser. La obra Watcher, watcher combina varios elementos arquitectónicos históricos y modernos del Hôtel de Marle de París, de 450 años de antigüedad, y los reconstruye a su manera onírica como un "retrato".


Desde hace casi treinta años, explora y trabaja sobre la cuestión de la pintura y el cuadro, su obra se centra en el color y la luz. Estas líneas de color se obtienen a partir de tiras verticales más anchas que el artista cubre con varias capas de resina. Las finas y translúcidas capas de pintura "velan" literalmente la composición inicial, oscureciéndola más o menos intensamente según la tonalidad elegida. Esto da lugar a infinitas perspectivas aéreas o espaciales, que transforman sus lienzos en vibraciones luminosas, cuya potencia varía según el tono dominante del cuadro.


imagina, en su método de "desenfoque", un dibujo ampliado, más allá del formato habitual, que influye en la energía y los sentidos que surgen de un espacio. Para ello, superpone y conecta capas de dibujos con líneas descompuestas, borradas y redibujadas, que en conjunto forman una nueva imagen en la que cada elemento no puede ser considerado en su totalidad si se toma por separado. Se centra en las experiencias que crean tensión entre conceptos opuestos como la construcción y la destrucción; el nacimiento y la muerte; la profundidad y la superficie; la contención y la libertad; el sueño y el despertar.


En esta serie de obras, representa deliberadamente paisajes indeterminados para absorber al espectador en sus cuadros o para proyectarse en ellos sin implicarse del todo. Estos paisajes se refieren a menudo a su país de origen, y estos horizontes permiten que surja una narrativa muy abierta, un espacio de proyección ampliado. Pooley elabora composiciones que mezclan diferentes temporalidades y, a través de la distancia, también aborda, como en un trasfondo o una doble superficie, una candente actualidad referida a todos los desarraigados que el mundo conoce hoy.


En su última serie, pinta paisajes emocionales que reflejan el flujo constante de sonidos e imágenes que difunden los medios de comunicación, las redes sociales, que se mezclan con nuestra vida cotidiana. Sus cuadros están hechos de sucesivas capas de pintura al óleo con colores lavados e iridiscentes, que nos sumergen en un universo lírico y onírico en el que se deconstruyen las reglas del tiempo y el espacio. La percepción del espectador se vuelve móvil para captar la fisicidad de las imágenes, y se abre a las premoniciones y a las profundidades del espacio.


En esta obra, se mantiene fiel a su propia y única técnica de pintura acrílica bajo vidrio. Sus obras se sitúan entre la pintura abstracta y la materialidad. Utilizando recuerdos visuales personales, Rondo crea, sin representar miméticamente su entorno, el archivo de una vida capaz de activar sentimientos, pensamientos y percepciones. Las nuevas obras de Rondo no son sólo el resultado de una intensificación o un desarrollo artístico natural, sino de una energía que existe en el espacio pictórico. La elección de los colores trae al presente recuerdos de décadas pasadas de la flamante cultura pop.


EN | ES | FR