Sueños lúcidos

Sandra Vásquez de la Horra

10 de septiembre > 29 de octubre de 2021


Bendana | Pinel Art Contemporain se complace en presentar « Sueños lucidos », la primera exposición individual de en la galería.

Las tradiciones y mitos de sus orígenes chilenos y la influencia de la literatura mágico-realista latinoamericana juegan un papel esencial en la práctica artística de Sandra Vásquez de la Horra. La religión, la mitología, la sexualidad y lo extraño resuenan y se funden, atrapados bajo la capa de cera de sus dibujos. Sus obras abordan las experiencias límite, la feminidad, el miedo y la muerte, pero también la poesía y los cuentos de hadas, despertando los demonios, fantasmas y criaturas de estos mitos y misterios.


Después de sus casas tridimensionales que invitan al espectador a entrar en la casa de su infancia pero cuya estructura interna permanece inaccesible, Vásquez de la Horra sigue combinando escultura y dibujo a la manera de un "Leporello". Termina sus obras sumergiéndolas en cera de abejas, lo que confiere a sus dibujos una materialidad única y resalta sus líneas de lápiz con una profundidad ambigua.


De hecho, en la nueva serie de grafito, acuarela y cera sobre papel, utiliza pliegues de acordeón para crear sus figuras. Rompe con la planitud de las imágenes para hacerlas tridimensionales, creando esculturas dibujadas como unidades narrativas que parecen espacios escénicos o vitrinas. El espectador casi puede olvidar que un espacio o un paisaje de este tipo rara vez da lugar a una profundidad de campo presentada en perspectiva. La plasticidad de sus dibujos es a menudo el resultado exclusivo de la textura precisa de las estructuras de la superficie que el artista cruza con un trazo característico, a veces grueso o más delicado.


Sus obras materializan los sueños y apuntan a lo inexplicable, cerrando la puerta a un mundo de símbolos profanos cuyas personificaciones pueden ser irónicas, inesperadas, obscenas y profundas. La serie "Sueños lucidos" interpreta un tipo de sueño en el que el soñador se da cuenta de que está soñando mientras sueña. El soñador adquiere cierto control sobre los personajes, la narración o el entorno; y en su propio sueño lúcido, Sandra Vásquez de la Horra señala: "La noche se tragaba al día, sin saber adonde estaba, apenas reconocía el cuerpo en el que me movía".


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